Como la vidriera de enfrente, en esta se representa el martirio de un sacerdote: Perfecto. El santo, arrodillado, viste ropas sacerdotales en las que destaca la estola. Con brazos abiertos y mirada al cielo, su verdugo le agarra de uno de los brazos para inmovilizarlo, a la vez que toma el cuchillo con el que lo va a decapitar. Un ángel desciende desde un rompimiento de Gloria con la palma martirial y corona victoriosa, ambos atributos acreditan su muerte por la fe en Cristo.