Santa Victoria, patrona de Córdoba y hermana de San Acisclo, fue martirizada como aquella en el siglo III. Tras una larga tortura fue asaeteada, lo que se ha representado en esta vidriera con las flechas que lleva en su mano. Porta, además, la palma del martirio, elemento que simboliza la victoria alcanzada tras la violenta muerte por su fe. Realizada por Antonio Mesa.