El inventario más antiguo del templo, con fecha de 1671, ya recoge la existencia de estas pequeñas imágenes de Nuestra Señora y San José entre los bienes que presidían el primitivo oratorio de San Rafael. En 1720 conocemos que se ubican en el altar mayor, junto a la imagen del Custodio. Son por tanto, dos de las obras de mayor antigüedad de cuantas pueden apreciarse en el templo del Juramento. Ambas responden al canon de las obras barrocas, de madera policromada, ojos de cristal y preparadas para ser vestidas, aunque poseen cierta rigidez que denota su temprana ejecución. Hoy se muestran en una rica urna con profusa talla de hojarasca dorada, de finales del siglo XVIII.