Preside la sacristía, inserta en un nicho con altar propio, una imagen de San Rafael. De tamaño menor al natural, esta imagen de madera tallada y policromada se fecha a finales del siglo XVIII, siguiendo estéticamente a los Arcángeles de los triunfos y a la imagen de San Rafael que preside el templo, como puede observarse por la disposición de los ropajes. Posee vara de caminante, resplandor y pez de plata, este último fechado alrededor de 1720. A sus pies, el atributo cordobés por excelencia, la cartela del Juramento.